Antes, en el país el aborto sólo era legal en casos de violación y cuando la salud de la madre estaba en peligro, pero ahora es legal como opción hasta las 14 semanas de embarazo. Hace apenas dos años, el Senado argentino votó en contra de la legalización del aborto. El aborto era ilegal en el país desde 1921.
La votación en el Senado fue una decisión dividida, 38-29-1, tomada tras un debate de 12 horas. Durante el debate, grandes multitudes de activistas de ambos lados de la cuestión se reunieron frente al Congreso en Buenos Aires.
La Iglesia latina se opuso a la medida del país católico, pero el presidente argentino de centro-izquierda, Alberto Fernández, había hecho de la reintroducción del proyecto de ley sobre el aborto una de sus promesas de campaña, declarando en un momento dado: “Soy católico pero tengo que legislar para todos”.
El presidente también se refirió a la faceta sanitaria de la cuestión, afirmando que en los últimos 40 años habían muerto 3.000 mujeres debido a procedimientos de aborto clandestino, y que casi 40.000 mujeres acuden cada año al hospital como consecuencia de dichos procedimientos.
La votación también fue notable porque varios congresistas, que habían estado indecisos o que habían votado en contra de anteriores proyectos de legalización, votaron esta vez a favor de la legalización. Una de ellas, la senadora Silvina García Larraburu, declaró: “Mi voto es a favor de las mujeres libres, de las mujeres que pueden decidir según su propia conciencia”.
Argumentando por el otro lado, la senadora Inés Blas dijo: “La interrupción de un embarazo es una tragedia. Acaba abruptamente con otra vida en desarrollo”.
El cambio en la ley fue provocado en gran medida por la “ola verde” del país, que forma parte del creciente movimiento de mujeres de Argentina. Estas activistas llevan 15 años trabajando por la legalización del aborto y han presentado, sin éxito, siete proyectos de ley similares en el Congreso.
Al legalizar el aborto a petición, Argentina sigue en América Latina a Cuba, Guyana, Puerto Rico, algunos Estados mexicanos y, más recientemente, a Uruguay, que legalizó el aborto en 2012.
Muchos han señalado que los activistas a favor del aborto en otros países latinoamericanos, donde existen leyes de aborto similares, verán el voto argentino como un posible precedente para el cambio.